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Danny Boyle, Hipnosis, Rosario Dawson, Sugestión, Trance, Vincent Cassel
La hipnosis es aquel recurso terapéutico que incluso fascinó a Sigmund Freud y que se ha mantenido como una de las técnicas que más misterio y fascinación pueden provocar.
El “trance” es el momento donde el paciente se adentra en su mente y descubre recuerdos, miedos o ideas que el paso del tiempo se ha encargado de encerrar en una cápsula de represión confundida con el olvido.
Para Danny Boyle, esto contribuye para desarrollar su nueva película; la trama inicia con el robo de una pintura durante una subasta, Simón (James McAvoy), es el subastador que se involucra con un grupo de criminales, y que al perder parte de su memoria durante el robo, se somete al tratamiento de la “hipnoterapista” Elizabeth (Rosario Dawson).
Acostumbrado a sorprender al espectador con desdoblamientos complicados y desquiciantes de sus personajes, Danny Boyle crea una imaginativa y enredada trama donde la mentira y el control son los ejes que emergen en un primer momento en su película. Afortunadamente algo distingue al director británico del resto, que sólo se conforman con cumplir en contar una historia sin ir más allá de lo que su espectador espera.
Boyle mostró en Trainspotting (1996) cómo el honor y la lealtad se desmoronan fácilmente entre un grupo de adictos; en La Playa (2001), comenzaba con una historia de amor dentro de un grupo idealista y condenado a sucumbir ante sus utopías y la realidad; sus dos últimas películas profundizan más en la fortaleza humana y la resiliencia ante las peores situaciones de vida.
Ahora, aborda de nuevo el tema del amor que no ha podido concluirse y del dolor ante la separación. Seremos testigos de las primeras sesiones de hipnosis donde Simón recorre su mente y queda sin aliento el descubrir que su memoria, sus recuerdos, incluso sus odios, han sido escondidos únicamente para descubrirse como alguien que extravió algo, alguien que se ha perdido en su propia vida, extraviando aquella pieza del rompecabezas que le da un orden y un sentido.
Trance, o En trance, es la última película de Danny Boyle; a diferencia de casi todos sus trabajos anteriores, los personajes masculinos giran en torno a una figura femenina, justo como sucede en el amor, o en una trama, donde ese amor es sólo un mal recuerdo o un evento que reprimido que no importa que tan sumergido esté dentro de la memoria, simplemente espera el momento para emerger y convertirse en algo más fuerte, como el odio o la venganza.