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Vincente Minnelli (Chicago, 1903-California 1986) es el esteta de Hollywood por excelencia, su sentido de la belleza dota de significado sus discursos.
No he visto todos los films de Minnelli, unos 39 según en IMDB, aunque sí varios de los representativos: El padre de la novia (1950), Un americano en París (1951), Cautivos del mal (1952), Designios de mujer (1957) y Gigi (1958).
Minnelli cruzó la comedia romántica (El padre de la novia), el musical (El pirata, 1948), la biopic (Lust Life, 1956, biografía de Vincent Van Gogh) y incluso la metaficción (Cautivos del mal); es decir, vivió el esplendor y la decadencia del cine clásico de Hollywood y la agonía del poder de los estudios para corromper el modelo de representación clásico del cine estadounidense, incluso de la creación artística, siempre con un sentido estético único, nunca sacrificable, sino alterado e híper estilizado para vestir de dramatismo y artificialidad a sus formas, y contrastarlas con las ideas del film.
Comedias como El padre de la novia y Designios de mujer exageran los motivos obvios de las historias, el frenesí de una boda, un traje para casarse, una fiesta, etc., para esconder la soledad de un matrimonio que atestigua su propia decadencia, características del personaje que interpreta Spencer Tracy, el protagonista del film, aunque con la presencia de Elizabeth Taylor.
Minnelli desorbita las diferencias entre la gente, y cómo estas obligan al conflicto, a través de un festín de colores en vestuarios y decorados en el mundo del diseño de modas y el periodismo deportivo en Designios de mujer.
Observen el siguiente trailer que, aunque no tiene buena calidad, muestra el sofisticado mundo de enredos que tanto le gustaba al director:
Filmes como Un americano en París y Gigi son pinturas en movimiento, tremendamente influenciadas por la corriente impresionista, que revaloraba la vida, la vitalidad de las calles y las personas; el director tiene una confianza plena en la belleza original.
Ahora vean un clip de Gigi, observen cómo parece que la secuencia avanza sobre diversos lienzos:
Ni en sus temas más oscuros Minnelli aborta su personalidad de esteta. Cautivos del mal -o más directa en su título original, The Bad and the Beautiful- es un film inscrito en la metaficción, narrativa que explora los mecanismos de la ficción, sobre la industria de Hollywood.
Aunque la historia esconde los tópicos del Hollywood prohibido (alcoholismo, prostitución, engaño, chantaje), Minnelli estiliza al máximo su puesta de cámara para mostrar el glamour de la decadencia y la barbarie del cine, el anhelo de triunfar y cómo afilar las dientes para obtener una estrella en la Meca.
Kirk Douglas y Lana Turner son el productor y la alcohólica y prostituta convertida en estrella, obsérvenlos en este clip:
Vincente Minnelli es un cineasta indispensable en la historia de Hollywood, maestro de la belleza, siempre inclinado a mostrar la confrontación masculina con la femenina.
por @CarlKarlRoNa